Un día caluroso, de verano, un hombre paseaba cerca de los molinos de Torrevieja. Era muy alto, un poco gordo y tenía el cabello corto y de color castaño oscuro.
Después de caminar un buen rato se acercó a uno de los molinos. En él vió algo que le sorprendió bastante. Debajo de una ventana, sin nadie alrededor, había una cama elástica.
Cuándo se fijó en ella detenidamente le pareció que era nueva, como si alguien la hubiera colocado allí antes de que él llegara. De repente, se le pasó una extraña idea por la cabeza:
" Si salto podría batir un récord "
Tomó una decisión. En ese momento empezó a subir las escaleras que llevaban a lo alto del molino. Estaba nervioso, pero quería hacerlo. Se encaramó a la ventana, cerró los ojos un segundo y saltó.
Notó una sensación rara y como el viento le daba en la cara. Al llegar al suelo se dió un fuerte golpe en las piernas, ya que cayó con mucha fuerza. Después de dar un bote en la cama elástica intentó enderezarse en el aire para caer de pie y no perder el equilibrio.
Al levantarse se marchó de aquel lugar recordando la hazaña que había logrado.