Capítulo III
El país de los cuentos
Al llegar, se encontraron con un señor con aspecto amable, aunque tuviese cara de libro, y le preguntaron:
- Sabe usted dónde podemos encontrar a alguien que nos ayude a encontrar a la princesa Oro ?
- Sí, puedo deciros que en el bosque se encuentra el libro que lo dice todo y todo lo sabe.
- Muchas gracias por su ayuda.
Claudia y Raby, emprendieron el camino al frío bosque.
Al llegar al centro, contemplaron el enorme libro
que parecía que toda su vida estuviera allí.
Claudia abrió el libro con delicadeza y empezó a buscar…
-Página 12 “conjuros contra dragones” página 23 “magia potagia”
-página 67 “gente que habita en el pueblo” ¡Eso era lo que necesitaban!
Allí aparecían todas las personas y su nombre, y cada vez que se iba una, desaparecía del libro.
Buscaron, buscaron, y volvieron a buscar, pero el nombre de la princesa no aparecía. Entonces decidieron ir al país de los...ORCOS
Capítulo IV
El país de los orcos
A Claudia le daba un poco de miedo ese país, pero tenían que encontrar a la princesa.
Al entrar en el castillo, lleno de musgo, lo primero que vieron fue a cuatro gigantes que medían lo triple que ellos, eran la mamá orca, el papá orco y a sus dos hijos orquitos.
Claudia y Raby fueron corriendo hasta meterse en el agujero de las ratas.
Una vez dentro, les saludaron unas ratas, se llamaban Roquefort y otro Camembert.
Nos saludamos pero sin acercarnos ( porque uno olía a Roquefort y otro Camembert )
También les preguntamos si sabían donde se encontraba la princesa Oro y esta vez… Nos respondieron que sí.
Nos dijeron que la habían encerrado los orcos en una celda. El problema era que la celda no se encontraba en el castillo sino en el reino de cristal. Claudia y Raby le dieron las gracias a las ratas y emprendieron el camino a al reino de… CRISTAL
Capítulo V
El país de cristal
Al llegar, contemplaron lo que había alrededor, cerca había un lago helado y al fondo una especie de... ¡cueva!
Claudia y Raby, corrieron hacia allí, al llegar miraron como… una especie de código secreto con una inscripción que ponía:
- “Sí la puerta quieres abrir un corazón tendrás que elegir”
Debajo, como decía la inscripción había 4 corazones y solo uno
abría la puerta...


ORO PLATA RUBÍ CRISTAL
Claudia no se daba decidido, todos le parecían muy bonitos, pero pensó:
- La Reina Dorotea nunca elegiría el más caro…
Así que, sin pensarlo dos veces cogió el de cristal y… La puerta se abrió y dentro ¡ Estaba la princesa ! La princesa se levantó y le dio un fuerte abrazo a Claudia y a Raby. Al llegar al palacio la Reina le dio una recompensa de 1000 monedas de oro.
Al llegar a su casa a su casa sus padres le dieron un fuerte abrazo. Claudia y sus padre nunca volvieron a pasar hambre. FIN