Era el día que se estrenaba la película Esrek, tenía 4 años o 5,en el centro comercial de Vigo.
Cuándo salí, estaba cansada, nos fuimos mi padre y yo, a una cafetería.
Pero, de repente, veo un escaparate chulísimo de muñequitos y me paro; me cansé de verlo y le di la mano a mi padre pero...
¡Era un abuelito barbudo con pinta muy rara!
Me asuste tanto que me fui corriendo a por mi padre.
Le conté todo pero trágicamente no me creyó.