LUISA Y EL PEQUEÑO PAÍS


Había una vez, una niña, que vivía en un país muy, muy pequeño. Allí todo era pequeño, las casa, los árboles, hasta las personas eran pequeñas.
La niña se llamaba Luísa.
Y sus amigas se llamaban Claudia y Noa.
Luísa se sentía diferente de los demás, porque era muy alta. Claudia y Noa le decían que no era diferente era especial. Pero no ayudaba mucho, que algunas niñas se burlaran de ella y la llamarán gigante.
Luísa hacía como si no le importara, pero en el fondo cada vez que la insultaban se iba encogiendo un poco más.
Menos mal que tenía a buenas amigas que la ayudaban y consolaban.
Un día Luísa consiguió dinero, porque le tocó la lotería y se fue de viaje con sus amigas a Hawai.
Cuando se subieron al avión y Lsa vio, que había más personas altas como ella. Cuando al fin aterrizaron, se fueron al vestíbulo y conocieron a una niña que se llamaba Lucía.
Pero Claudia y Noa no estaban tan contentas como Luísa. Porque allí la gente les llamaba enanas.
Entonces Lucía (que era muy lista) le fabricó a Claudia y a Noa una poción, para que fueran como los demás.
Y se quedaron a vivir a Hawai, pero iban a visitar a su familia tres veces al mes, y así vivieron felices y comieron perdices (bueno, en realidad como estaban e Hawai no comieron perdices, bebieron zumo de coco)    


FIN