Los gatos blancos


Estábamos mis amigos y yo cogiendo una pelota que cayó al río y, de repente encontramos cuatro gatos blancos que estaban abandonados. Nos fuimos corriendo al veterinario y el chico que estaba allí nos dijo que no podía hacer nada. Entonces nos dieron un poco de comida para gatos y les pusimos comida y agua.
Al día siguiente fuimos otra vez y les pusimos más comida porque ya la habían comido toda. Cuando terminamos de hacer eso nos fuimos a jugar, y al día siguiente ¡ya no estaban!