Escribide unha historia breve pero completa, empregando o maior número de adverbios e locucións verbais.
Procedemento:
1º Na aula, redactaremos o texto a modo de boceto.
2º Analiza logo, cada un dos adverbios empregados.
3º Coa base do texto redactado na aula, crear un documento en Drive do microlelato.
4º Entrega en folio e en Edmodo.
El niño y la musaraña
Niño: Era un día normal, como siempre, después de desayunar salí al jardín para “refrescarme” un poco, cuando de repente una cosa gris y rápida cruzó por delante mía, yo la seguí lo más rápido que pude, y como se dirigía al muro la acorralé contra él, acerqué la mano y… ¡Era una musaraña!
Musaraña: Hoy estaba de búsqueda por un territorio nuevo para mí. El aire estaba muy fresco y la hierba aún estaba mojada.
Empecé a corretear buscando comida, insectos o arañas. Cuando ya había cojido unos cuantos me dispuse a volver a la madriguera, pero una gran sombra se cruzó en mi camino... ¡Era un gigante de dos patas! Empecé a correr, aunque no sabía a dónde me dirigía, el gigante me perseguía con sus pies también gigantes que retumbaban en el suelo. De repente me topé con un muro, no lo podía escalar y, lo peor ¡estaba acorralada!El profesor de caracoles
Un día, a última hora en la escuela de caracoles hicieron una carrera entre todos. Era sobre un sitio plano como un pabellón, debía de ser de largo de unos 50 metros, bastante para ellos.
Cuando empezaron, a las 13:10 todos los caracoles comenzaron a arrastrarse por el pabellón. El profesor, que se cansaba mucho se durmió. Empezó a soñar que él ganaba una carrera contra los humanos (aunque era imposible), cuando se despertó eran las 14:00 impresionado de todo lo que había dormido se giró rápidamente para ver quién había ganado, sin embargo los alumnos caracoles… ¡ aún iban solo por la mitad!El jerbo del desierto que quería ver el mar
Érase una vez un jerbo del desierto llamado Gerbasio. Vivía bajo el sol abrasador del Desierto del Sahara, y tenía un sueño... quería ver el mar.
Un día, cuando era ya muy mayor, decidió que viajaría por última vez, para poder ver el mar. Comenzó su viaje saltando y saltando, alimentándose y bebiendo como podía y cuando podía.
Un día tuvo la suerte de cruzarse con una caravana de camellos, consiguió agarrarse a la cola de uno de ellos y prosiguió así su viaje.
Al amanecer de un día, se encontró con que habían llegado al mar, se bajó de la grupa del camello de un salto y por fin vio su sueño. Era inmensamente grande, azul oscuro y con un olor salado. Se acercó poco a poco por la arena hasta estar a unos centímetros de él, y dió un paso más, y otro, y otro. Tenía el agua hasta las patas delanteras. De repente una ola lo arrastró y se quedó flotando, se abandonó al mecer de las olas y se dejó morir allí. Ya había cumplido su sueño de toda una vida. MANUELLa abeja presumida
Había una vez una abeja que presumía de su miel. Todas las abejas del mundo pagaban muchísimo por ese manjar delicioso, y todos querían que la abeja le diera trucos para poder fabricarla así.
La abeja, como era presumida, le encantaba que le hicieran cumplidos y que las demás abejas se murieran de la envidia por ella, hasta que un día la raptaron y le arrebataron todos los trucos para fabricar la miel; la abeja ya no era popular.El millonario avaricioso
Aquí empieza la pequeña historia de un millonario avaricioso que cambió su carácter después de tener un sueño.
Don Eustaquio salía de su casa como todos los días para ir a trabajar, y siempre se encontraba con un pobre pidiendo limosna; como Eustaquio era un avaricioso, nunca pagaba nada, ni siquiera a las personas del ayuntamiento que pedían unas monedas para celebrar las fiestas.
Un día, Eustaquio soñó que de repente, se volvía pobre y nadie le daba nada.
Desde ese día Eustaquio empezó a ser bondadoso y a dar la oportunidad de tener un trabajo sin que él se arruinara.Vuelta a los años 60
Ayer, estaba en casa de mi abuela, la persona más aburrida de toda mi familia, o eso era lo que yo pensaba.
Ya eran las seis, llevaba toda la tarde en el columpio de su jardín aburriendome muchísimo; me llamó para merendar y le dí a entender con una mueca que no me lo estaba pasando bien. Acabé de merendar y me llamó desde la planta de arriba con un tono demasiado extraño. Cuando pude contemplar una especie de portal hippie mi abuela me explicó que era un portal del tiempo que nos llevaría hacia los años 60.
Volvimos a casa de un día agotador por la diversión y me dí cuenta de que mi abuela había rejuvenecido 2 años; ya no era la abuela aburrida, sino todo lo contrario.SARA
La zarigüeya y la musaraña
Era un día normal en Zar Wi Zet (Taiwan), en el que había una zarigüeya llamada Zu Kilema y una musaraña llamada Li Zpenzer que no eran muy amigos que digamos.
Zu quería hacer todo lo que estuviera en su mano para ser amigo de Li, pero este último no quería ser amigo de Zu por problemas de familiares. Zu estaba a punto de dejar de intentar ser amigo de Li cuándo Li se acercó viendo no se ni yo hacia dónde, se tropezó con Zu y cataplas, las dos se caen al suelo.
-Perdón.- Dice Li.
-Perdón digo yo- Contestó Zu.
En ese mismo momento empezaron a hablar y se hicieron amigos.La diversión del barrendero
Era un día sinceramente normal en Farted Strong para el barrendero Mälled, el pobre tiene que barrer entre 13 y 15 km de acera en unas 3 horas y le pagan 12.53 € al día.
No se porque trabaja, siempre acaba fatigado y el dinero no le da para nada. Un día sus familiares decidieron llevarlo a un psicólogo, el psicólogo se llamaba Dc. Smith Johnson Stepanek; le apodan Dc. SJS. El psicólogo le preguntó porqué lo hacía pero él respondió:
-Por amor a las calles limpias.
Entonces SJS casi empieza a llorar y dice:
-Este hombre no tiene remedio, es bondadoso y no hay nada que hacerle. DIEGO
LA MUSARAÑA QUE QUERÍA ESTAR MÁS DELGADA
Había una vez un bosque en el que vivía una musaraña muy presumida.
Un día, un amigo le dijo que su pelaje la hacía gorda, y se afeitó un poco. Pero pensó que cuanto menos pelo tuviese, más delgada parecería, y siguió afeitándose hasta quedar completamente pelada.
A la mañana siguiente se arrepintió de lo que había hecho. Todo el mundo se reía de ella y decía que con cuatro patas más ya se parecía más a una araña que a una musaraña.
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LA PROFE DE ¿CARACOLES?
En un valle que un río bañaba, vivía una profe de caracoles.
Su tarea era enseñar a las crías de caracol a sumar, restar, leer y babear.
Un día que hacía mucho calor se quitó la concha para refrescarse. Es algo que nunca debería haber hecho. Un integrante del IIM (Instituto Internacional de Moluscos) la vio así, y confundiéndola con una babosa, la destinó como profe de babosas para siempre.
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EL BARRENDERO QUE TENÍA EL SACO
AGUJEREADO
En un pequeño pueblo trabajaba un barrendero que se encargaba de limpiar las calles.
Un día, como otro cualquiera se fue al trabajo y barrió las aceras como siempre lo hacía. Al acabar la jornada, fue a guardar el material al almacén, y se llevó una gran sorpresa. Su saco de basura estaba vacío y tenía un agujero en la parte inferior. Asustado giró la cabeza y comprobó que había dejado un enorme rastro de desperdicios. El pobre barrendero empezó desanimado a recogerlo todo, espantando a los perros que roían los huesos de pollo. José L.El colibrí y su flor auténtica
Esa misma noche, el colibrí Tintín, justo después de que su madre le diera las buenas noches, soñó algo maravilloso. En su sueño, él salía de su casa y recorría el bosque, hasta que encontraba una flor, la flor más grande, más preciosa y más colorida que había visto en su vida.
De repente, cuando Tintín intentaba degustar aquella flor, ¡PUUUM! Se levantó, pudo comprobar que todo lo que había visto era un sueño, pero él, estaba dispuesto a encontrar la flor con la que había soñado.
Salió de su casa y recorrió todo el bosque, siguiendo el mismo camino que el que había hecho en sus sueños. Al cabo de una hora no la encontró, y regresó a su casa.
Cuando era la hora de acostarse, volvió a soñar con su flor, y se dió cuenta que esa flor tan grande, tan preciosa y tan colorida solo la vería en sueños.El hombre con un deseo
En la ciudad de Vigo vivía un hombre que trabajaba como piloto en el aeropuerto.
Su oficio le encantaba, por esa sensación que sentía al despegar y al aterrizar.
Pero lo que él realmente deseaba era volar, pero no en esa máquina moderna llena de cables, sino como a un pájaro.
Un día fue a casa de una anciana hechicera para que hiciera realidad su deseo.
La señora, le dio una poción de un color verde visco, que a la fuerza se tuvo que tragar.
A continuación, a sus brazos le empezaron a surgir plumas, y decidió poner a prueba su nueva vestimenta.
Funcionaba perfectamente, y podía sentir el aire que le daba en su cara y al aroma a tierra fresca, cosa que en el avión no se podía.
Como el chico se había quedado sin trabajo, hacía de paloma mensajera para el rey.O inventor de soños
Este home, era un home un pouco raro, tiña una fábrica de soños no medio das nubes, e o seu oficio consistía, en cada noite, baixar das nubes e repartir os soños, semellante ao que fai Papá Noel na noite de nadal.
Dependendo do seu estado de ánimo, os soños podían ser bonitos ou, por outro lado, pesadelos.
Un día, a súa máquina que fabricaba os soños, rompeu. O home desesperado baixou do ceo en busca dos mellores mecánicos, pero ningún sabía como tratar ca súa maquina.
Cando xa estaba a piques de renderse, un neno que pasaba por alí preguntoulle si podía axudalo. O neno sabía moitas cousas de maquinaria e ademais, como era un neno, coñecía moitísimas historias que o home, noutros anos, lle dera nos seus soños. O neno conseguiu arranxar a máquina, e decidiu traballar con él.
Pasaron moitos anos e o señor morreu, pero aínda había alguén que se ocupaba da máquina. LucíaEl profesor caracol
Había una vez, un caracol cuyo oficio era profesor de atletismo. Este caracol era conocido mundialmente, puesto que batió el récord mundial en atletismo.
El caracol, como todas las mañanas, fue al campo de entrenamiento, donde por desgracia había niños humanos que también practicaban atletismo.
En sus clases, asistía un caracol llamado Mark, que tenía miedo a los humanos, y por veces no quería entrenar y ponía excusas, por ejemplo: me duele mucho la barriga....
En el entrenamiento, el profesor caracol mandó a todos hacer los calentamientos, para después dar una larga carrera (para los caracoles). Mientras que corrían los caracoles, el que tenía miedo, vio pasar a un humano rapidísimo, y a continuación otro le dijo:
- Mark, corres... como un caracol.
El niño se refería a que corría lento y Mark es su nombre, pero el caracol entendió: que el niño se refería a él y le decía que corría rapidísimo.
De esta forma Mark (el caracol) cogió confianza en sí mismo, y hasta pudo correr más que su entrenador. LauraLa musaraña que deseaba ser un ratón
Había una vez una musaraña, que envidiaba a los ratones por su forma de andar, por sus bigotes….
Una mañana al despertarse deseaba tanto ser un ratón que se creyó que lo era . Cuando se miraba al espejo veía a un ratón, cuando andaba se creía un ratón. Hasta que intentó colarse en una casa, y cuando entro para su sorpresa alguien gritó, - ¡UNA MUSARAÑA!
La escuela Gastropoda
Había una vez una profesora, con una escuela un poco especial. Tenía una escuela que se llamaba escuela Gastropoda y sus alumnos eran caracoles, les enseñaba trucos como girarse o mantenerse de pie. Pero, le daba mucha rabia que nunca les diese tiempo a acabar los deberes, siempre buscaba maneras para motivarlos pero no había forma siempre iban al mismo ritmo.
Una noche soñó que los caracoles eran muy rápidos y se estresó mucho, al despertar comprendió porque había montado la escuela y que quería a los caracoles tal como eran.El niño despistado
Había una vez un niño que era muy despistado. Siempre se le olvidaba todo, como hacer los deberes o ir a llevar la basura.
Sus padres siempre le decían que tenía que cambiar, o algún día se olvidaría la cabeza.
Un día, después del colegio iba paseando para su casa y se encontró con una exactamente igual a la de él, y como su llave no funcionaba, llamó a un cerrajero. Este le abrió la puerta de la casa, entró dentro y realizó su rutina diaria, dejó la mochila, cogió el libro y se fue a realizar las tareas.
Tan concentrado estaba en lo que hacía que no se dio cuenta que... ¡La dueña de la casa estaba entrando! Cuando lo vio inmediatamente llamó a la policía, no se fijó en que solo era un niño.
Cuando llegó la policía se llevó al niño a comisaría, una vez allí esperó a que sus padres lo vinieran a recoger.
Desde ese momento, el niño despistado que había sido antes se convirtió en uno cuidadoso y atento. LAURALa lección de Croquette
Una noche después de cenar, un colibrí llamado Croquette discutió con su madre porque no quería comer pescado. Tanto se enfadaron que Croquette le dijo que se fuera de casa, que no quería volver a verla. Entonces se fue rápido para su cama.
Se despertó y no encontraba a su madre por ningún lado. Buscó y buscó pero no aparecía.
Empezó a tener hambre, abrió la nevera y... No había comida!
Se fué para la cama de su madre y encontró una nota que ponía:
Croquette, como ayer te enfadaste tanto conmigo y me dijiste que me fuera, te hice caso. Ah, y me llevo la comida para el viaje. Tu madre.
Cuando ya pensaba que se iba a morir de hambre ya que sus tripas le estaban rugiendo, se despertó de verdad. Aunque no fuera real, reconoció que lo que hiciera la noche anterior estuviera muy mal.
A sustituta de Melchor
Era noite de Reis, así que había que ir cedo para a cama porque ían vir os Reis Magos.
Noa, unha nena de Gondomar, quedou desperta a esperar a que Melchor, Gaspar e Baltasar chegaran cos seus agasallos.
Cando estaba a piques de quedar durmida, escoitou un ruído e entraron: Gaspar, Baltasar,... Faltaba Melchor! Noa preguntoulle onde estaba e eles respondéronlle que Melchor estaba moi enfermo e que non ían ser quen de entregar todos os regalos sen él.
A nena moi triste, decide axudalos para que todos os nenos poidan ver os seus desexos cumpridos. Así que por unha noite, Noa converteuse nun Rei Mago. Hasta lle puxeron barba e todo. Súbese no camelo de Melchor e empeza a súa aventura.
Reparten os regalos por todo o mundo e volven a casa de Noa. Os Reis pídenlle que abra os seus agasallos. Pero o que máis lle gustou foi acompañalos esa noite tan especial.El barrendero que hablaba con las hojas
Una mañana muy temprano, como cada día, el barrendero Herminio se encontraba en el parque limpiando todas las hojas que habían muerto el día anterior. Y como siempre, también le iba contando una historia a todas las que se encontraban cerca y que aún estaban vivas.
Un día, Herminio se dió cuenta de que todas las hojas que se morían, eran las que estuvieran escuchando su historia en algún otro momento. Así que ayer mismo, decidió que no volvería a hablar con las hojas.
Hoy al levantarse, desayunó pensando con que se encontraría cuando llegara a su puesto de trabajo.NOA