Como cualquier otro producto las piezas se rompen o degradan, de modo que esos trozos de material al pasar cerca de una órbita se “engancha” y empieza a dar vueltas, si no se cae a la Tierra o se desintegra seguirá flotando en el espacio.
¿Lo sabíais?
Solo diez años después del lanzamiento del Sputnik 1, la Unión Soviética llevó a cabo el primer encuentro en órbita: el 16 de enero de 1969, dos vehículos Soyuz se acoplaron en el espacio y permitieron que tres astronautas se reencontraran.