Un día de verano, estaba balanceándome en una hamaca (colgada entre dos árboles) tan tranquila, cuando veo una gallina salir por el portal de mi casa ...
Yo, sin saber que hacer, me movía de un lado a otro encima de la hamaca, de repente, abrí los ojos y me vi tirada en el césped, con un dolor de cabeza gigantesco. Me levanté rápida como el viento y empecé a correr detrás de la supuesta gallina.
Por suerte, llevaba el móvil conmigo y mientras corría como una posesa, marcaba el número de mi padre (que seguro estaba en casa con los caballos) cuando cogió, le dije donde estaba y que hacía. Pues, estaba demasiado lejos de casa y se podían preocupar.
La gallina se paró delante de mis ojos y yo di un frenazo de última hora, por fin, la podía coger...colgué el teléfono, me abalancé sobre ella y por mala suerte me volví a encontrar en el suelo.
Cansada de correr pensé: "Por qué tenía que coger a la gallina, sí no era mi mascota "
Me levanté, miré para la gallina (que parecía que se estuviera riendo en mi cara) y me fui al sitio donde estaba al principio de toda esta locura.